ADICCIÓN A LOS ESTIMULANTES
LOS ESTIMULANTES Y LA PSIQUE HUMANA - ¿CÓMO AFECTAN LOS ESTIMULANTES LA PSIQUE HUMANA?
La adicción a los estimulantes y el estado de intoxicación después de tomar diferentes psicoestimulante se diferencian muy poco entre sí. La cocaína fue el primer narcótico de este grupo, con el que se enfrentó la civilización europea. Por eso es que la mayoría de los efectos producidos al tomar psicoestimulantes una sola vez es explicada a través del ejemplo de la cocaína.
Los médicos distinguen los siguientes aspectos de la intoxicación por cocaína:
- EUFORIA
- SENSACIÓN DE INFLUJO DE ENERGÍA
- AUMENTO DE LA ACTIVIDAD MENTAL BAJO LA INFLUENCIA DE ESTIMULANTES
- EXCESO DE CONFIANZA DE SÍ MISMO DEBIDO A LA ADICCIÓN A LOS ESTIMULANTES
- INTENSIFICACIÓN DE LAS EXPERIENCIAS SENSORIALES
- REDUCCIÓN DE LA NECESIDAD DE DORMIR
- INTENSIFICACIÓN DE LA ANSIEDAD COMO CONSECUENCIA DE LA ADICCIÓN A LOS ESTIMULANTES
- NECESIDAD DE REPETIR LA PRIMERA EXPERIENCIA DE INTOXICACIÓN
La euforia es una elevación drástica e inesperada del estado de ánimo, una sensación de alegría de existir y novedad, una atmósfera de festiva que prevalece en el mundo. La persona se vuelve más abierta y comunicativa. Comunicar fácilmente a las personas cercanas todos los detalles de su vida.
Es cuando el cuerpo se vuelve ligero y la capacidad de trabajo y acción parece ilimitada. La persona se llena de vigor, siente posibilidades físicas sin fin y no manifiesta ningún deseo de dormir. Sin embargo, todo esto es una ilusión. Los experimentos han demostrado que, bajo la influencia de la cocaína, la coordinación de los movimientos y su precisión disminuye rápidamente. La mayoría de las acciones efectuadas bajo el efecto de la cocaína prueban ser erróneas más tarde y traen muchos inconvenientes.
A la persona le parece tener capacidades intelectuales ilimitadas. Le parece percibir cualquier información mucho más fácilmente de lo habitual y tener una memoria fenomenal. La verdad es que, una vez que la intoxicación pasa, resulta que todos los conocimientos adquiridos por la persona desaparacen. Para restaurar dicho conocimiento, necesita tomar la droga de nuevo. Tal característica de la memoria es una de las trampas, en las que todo drogadicto puede caer. En lugar de una persona y una mente, aparecen dos personas y dos mentes. Una persona es aquella bajo la influencia de los narcóticos, y la otra es aquella que no está bajo su influencia. Restaurar la experiencia de vida y la información obtenida bajo la influencia de las drogas es prácticamente imposible (éste es uno de los motivos, por los que a los médicos no les gusta hablar con los drogadictos, cuando están bajo la influencia de los narcóticos, porque es inútil). Además, las estadísticas muestran que, con el tiempo todos psico-estimulantes empeoran gradualmente la capacidad de memoria de la persona, debido al desgaste de las reservas de neuronas. Indiferentemente de la sensación subjetiva de claridad mental, las personas bajo la influencia de la cocaína y otros psicoestimulantes no es capaz de resolver tareas lógicas y analíticas complejas.
Cuando está bajo la influencia de la cocaína, la persona está absolutamente segura de sí misma. Eso significa que, mientras los narcóticos surtan efecto, la persona deja de tener dudas sobre sus acciones. Le parece que todo lo que hace, dice o escribe es correcto y verdadero. Cuando empieza a hacer algo en ese estado, no lo hace hasta el final, porque considera que ya ha hecho suficientes esfuerzos. Después de una fiesta en la que se consumió cocaína, una paciente puso platos grasosos en la lavavajillas, para que se lavaran con agua fría. Ella pensó que los había lavado perfectamente. Sólo al día siguiente se dio cuenta con gran sorpresa de que los platos en la lavavajillas estaban sucios. Esta situación es muy cercana al delirio - un delirio de grandeza, en el que la persona carece de cualquier sentido crítico hacia sus acciones y declaraciones. Durante los episodios de delirio, está segura de que todas sus acciones y opiniones son absolutamente correctas. La intoxicación con cocaína termina muy frecuentemente con delirio y manía de grandeza o persecución.
Debido a los efectos estimulantes directos de los narcóticos, todos los sentidos se intensifican en el cuerpo humano. Pareciera que la visión se agudiza y la persona comienza a notar pequeños detalles de los objetos que la rodean, que no había notado antes y los halla muy interesantes. Aumenta la riqueza de colores y el mundo gris y ordinario se vuelve brillante y festivo. Además, como la sensibilidad visual alcanza su máximo, la persona siente que se aleja de la implicación emocional en todo lo que ve. De participante en los eventos, pasa a ser un observador, que mira el mundo como si fuera la pantalla estereoscópica de un cine. La audición se agudiza. Los sonidos repentinos e inarmónicos le irritan, como si le "arañaran" los oídos. Por ejemplo, la música o el sonida de las campanas tienes tonos más profundos y comienza a sonar como si estuvieran dentro de la cabeza ("como si la cabeza estuviera en un tanque", dijo uno de nuestros pacientes).
Aumenta la sensibilidad de la piel. A veces, la sensibilidad de la piel aumenta tanto que se producen alucinaciones táctiles - piel de gallina y "hormigas" bajo la piel. El contacto de las personas cercanas es desagradable y parece demasiado brusco. Debido a que el contacto con la piel es más desagradable que agradable, la mayoría de los consumidores de cocaína no tienen relaciones sexuales bajo su efecto. Sin embargo, en el caso de algunas personas, la piel no se vuelve tan sensible y entonces, bajo el efecto de la cocaína, las sensaciones eróticas son particularmente agradables. La agudeza máxima de los sentidos puede provocar alucinaciones. La percepción puede agudizarse a tal grada que aparece la "percepción sin percepción". Los sentidos comienzan a percibir cosas que, en realidad, no existen. Primero aparecen las ilusiones - ilusiones de los sentidos. A la persona le parece reconocer a un total desconocido o le parece que el cepillo de dientes es un cuchillo etc. Después aparecen las verdaderas alucinaciones, cuando ve cuchillos y asesinos que no existen. Así aparece la psicosis cocaínica.
El despegue emocional y la sensación de alerta llevan a la persona a un estado de insomnio severo. El sueño se vuelve innecesario por un tiempo.
Independientemente de los estados mencionados anteriormente durante la intoxicación con cocaína, la persona en tal estado es muy irritable. Este estado de ánimo ligeramente elevado y agradable puede ser reemplazado instantáneamente por irritabilidad y agresión, cuando al consumidor de cocaína no le gusta algo en el comportamiento de las personas cercanas. Los drogadictos dicen que es mejor no tocar al consumidor de cocaína, cuando está bajo el efecto de la droga. El adicto puede reaccionar de manera inesperadamente agresiva a alguien que se le dirige normalmente o le hace preguntas comunes y corrientes. Pareciera que está siempre balanceándose en la frontera entre alegría y sospecha.
Es importante comprender que la persona puede alcanzar placer máximo únicamente al consumir cocaína por primera vez. Uno de los mecanismos principales en la aparición de la adicción psicológica a la cocaína se basa en el hecho de que la persona aspira a alcanzar el estado original de intoxicación y la euforia inicial, pero su cerebro es capaz de hacerlo sólo una vez.
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